Confianza

28.03.2022

Hoy quiero hablar de la Confianza.

Sin honradez no hay confianza. Ya hablé de la honradez como virtud de liderazgo. Pero ¿qué entendemos por confianza? ¿Es un sentimiento o una actitud?

Si la entendemos como un sentimiento, quizá podemos perder la esencia de lo que puede significar esta palabra dentro del liderazgo. La confianza es la seguridad y esperanza que se tiene hacia uno mismo o a otra persona. Según su significado podríamos deducir que la confianza se puede adquirir.

Cuando imaginamos la confianza como uno de los valores fundamentales de liderazgo habría que pensar que la honradez va de su mano y que no se debería desdoblar su significado. Confiar y ser honrado, ser honrado y confiar.

Uno puede tener mucha confianza y tener plena seguridad en sí mismo, pero si hablamos del equipo: ¿quién puede confiar plenamente en todas las personas que componen un equipo? ¿Y qué hay de los conflictos cruzados? Quizás, si se ha podido escoger a los miembros con los que tendremos proyectos laborales, es más fácil que se pueda extender esa confianza a cada una de las personas que han sido nombradas o elegidas. Pero, qué ocurre si no se ha podido elegir, hecho habitual, por ejemplo, en sanidad pública, en hospitales, en grandes empresas, qué ocurre si el equipo llega impuesto. Es ahí donde surge el verdadero liderazgo, en el desconocimiento, en la inseguridad que surge ante lo nuevo, en esos momentos iniciales donde nos sentimos perdidos, realmente es ahí donde puede surgir un liderazgo útil.

¿Somos capaces cuando llegamos a un grupo de tomarnos el tiempo suficiente para conocernos, sin imponer nuestras ideas con una escucha abierta, intentando construir confianza? Lo que es seguro que sin confianza no se funciona, sin la seguridad de saber si todos pueden caminar en paralelo, deberíamos pensarnos muy bien si queremos emprender proyectos. Entonces ¿cómo y cuándo comenzamos a proyectar liderazgo? Esa es la cuestión y la realidad. No podemos conseguir tener una confianza plena infundada en el desconocimiento del prójimo. Por eso, necesitamos tiempo para construir espacios de conocimiento para poder encontrar la fortaleza de cada miembro del equipo y darnos el derecho de tener nuestro propio espacio de seguridad compartido. Todos tenemos fortalezas, pilar básico para el éxito. Una de las labores del líder debería ser la facilitación de dichas fortalezas, la construcción de lazos de compenetración basados en la seguridad que imprime acertar, dándole a cada uno su sitio y su importancia, buscando el lugar que ocupa cada uno en el equipo, porque, eso es indiscutible, todos tenemos un espacio dentro del equipo. Cuando estamos cómodos y seguros, la confianza nace. Somos fuertes cuando nos sentimos cómodos, somos auténticos y construimos futuro cuando nos sentimos fuertes, cuando no nos humillan, cuando reforzamos nuestros valores. Es en estas circunstancias donde crece la confianza. Y el colectivo se empodera. Y eso se traduce en esperanza hacia grandes proyectos. Un liderazgo es efectivo, cuando se crean equipos transversales donde no hay jerarquías ni mandos autoritarios, cuando cada uno tiene responsabilidades bien definidas basadas en fortalezas individuales que aportan al colectivo, porque sumar es crecer.

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